Tres son las peregrinaciones que tienen lugar de manera simultánea estos días; Peregrinación de Jóvenes, de adultos y de familias jóvenes. Durante esos cuatro días visitamos los lugares de las apariciones, tenemos charlas de formación y distintas celebraciones en la Capelinha donde se encuentra la imagen de Nossa Senhora, donde quedamos “tocados” por la mirada misericordiosa de la Virgen.

Algo que empezó siendo una pequeña peregrinación, se ha convertido en una antorcha que ilumina todo el territorio nacional, convirtiéndose para muchos en un medio para encontrarse con Cristo, fortalecer su vida espiritual y descubrir su propia vocación.

Durante todos estos años son muchos los que acompañados por sus sacerdotes y algunos de sus obispos, han puesto a los pies de la Virgen sus vidas y han comenzado un camino hacia Aquel que hace nuevas todas las cosas.

La Virgen sencillamente nos muestra a Cristo, pero de una manera nueva y muy atractiva, que hace que nuestros corazones y nuestras vidas no sigan siendo igual después de nuestra visita. Ella y sólo Ella es el principio y el fin de nuestra peregrinación, con solo permanecer un instante mirándola, Ella lo hace todo.